Ser funcionario de carrera en la Administración General del Estado: más allá de la estabilidad laboral

Ser funcionario de carrera de la Administración General del Estado no es solo tener un empleo estable, es asumir una responsabilidad hacia el interés general. Esta responsabilidad se encuentra enmarcada en el Texto Refundido del Estatuto Básico del Empleado Público (TREBEP) y en la Constitución Española.

El TREBEP, en su artículo 9, establece que los funcionarios de carrera son aquellos que, en virtud de nombramiento legal, están vinculados a una Administración Pública por una relación estatutaria regulada por el Derecho Administrativo para el desempeño de servicios profesionales retribuidos de carácter permanente. En este sentido, el funcionario de carrera tiene una relación de servicio con la Administración General del Estado que va más allá de la mera relación laboral.

Por otro lado, la Constitución Española, en su artículo 103.3, establece que la Ley regulará el estatuto de los funcionarios públicos, el acceso a la función pública de acuerdo con los principios de mérito y capacidad, las peculiaridades del ejercicio de su derecho a sindicación, el sistema de incompatibilidades y las garantías para la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones.

Estas disposiciones legales subrayan la importancia de la función pública y la responsabilidad que conlleva. Los funcionarios no solo tienen el deber de desempeñar sus funciones de manera eficiente y efectiva, sino que también deben actuar con integridad, imparcialidad y transparencia, y tomar decisiones basadas en el interés general.

Además, los funcionarios deben estar dispuestos a adaptarse y aprender constantemente. El mundo está cambiando rápidamente, y los funcionarios deben mantenerse al día con estas cambios para poder responder eficazmente a las necesidades de la sociedad.

Ser funcionario también puede ser un trabajo desafiante. Los funcionarios a menudo tienen que lidiar con la burocracia y la política, y pueden enfrentarse a presiones de diferentes partes. Pero a pesar de estos desafíos, muchos funcionarios encuentran su trabajo gratificante porque pueden hacer una diferencia en la vida de las personas.

En conclusión, ser funcionario de carrera de la Administración General del Estado es asumir una responsabilidad que va más allá de la estabilidad laboral. Es un compromiso con la sociedad, enmarcado en el TREBEP y la Constitución Española, para servir al interés general y contribuir al buen funcionamiento del Estado.

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